El HAIKU, por su brevedad expresiva, es enteramente imagen. Es el símbolo de una visión intuitiva de la realidad. No se trata de intelectualismo (propio del paradigma occidental), ni de sentido sentencioso, sino que es una imagen hondamente sentida. Se trata de eternizar sensaciones sublimadas y depuradas a través del poema.
29 de enero de 2009
HAIKU
El HAIKU, por su brevedad expresiva, es enteramente imagen. Es el símbolo de una visión intuitiva de la realidad. No se trata de intelectualismo (propio del paradigma occidental), ni de sentido sentencioso, sino que es una imagen hondamente sentida. Se trata de eternizar sensaciones sublimadas y depuradas a través del poema.
LITERATURA JAPONESA
18 de enero de 2009
MITOS DE ORIENTE
Inanna, diosa sumeria (confundida a veces con la acadia Ishtar), es la diosa suprema del amor sexual, de la fertilidad, del planeta Venus y también de la guerra. Tiene como esposo a Dumuzi, dios pastor de la vegetación, que encarna las fuerzas creativas de la primavera, y su matrimonio con la diosa simbolizaba la renovación de la vida al inicio del año (celebración del hieros gamos o matrimonio sagrado). Inanna decibe descender a los infiernos mesopotámicos, el "País sin retorno", donde reina su hermana Ereshkigal junto a su esposo Nergal, monarcas infernales, posiblemente para extender su poder hasta allá abajo. Enterada de sus planes, Ereshkigal comunica a los guardianes que le apliquen las antiguas leyes. Así pues, Inanna ha de atravesar siete puertas y, en cada una de ellas, debe despojarse de una prenda o de una joya, hasta que, finalmente, en la última, se desprende de su corona, es decir, se ha ido desprendiendo de todos sus poderes. Completamente desnuda, se encuentra ante Ereshkigal quien le lanza la "mirada de la muerte" y la bella Inanna cae enferma y muere. Su cuerpo es clavado en la pared. El visir de Inanna, al ver que su ama no vuelve, decide acudir al dios Enki. Éste crea a dos seres asexuados y les entrega la Planta y el Agua de la Vida. Bajan a los infiernos y consiguen revivir a Inanna, pero sólo podrá salir a condición de que entregue un sustituto digno de ella. Una versión del mito cuenta que la diosa, custodiada por los demonios que han de velar porque se cumpla la designación del sucesor infernal, al advertir que su esposo Dumuzi, lejos de estar penando por la ausencia de su amada, se había acomodado rápidamente en el trono, lo elegió para sustituirle. La versión más extendida del mito, no obstante, relata que la diosa lo designa con dolor y pena. No obstante, al final se decreta que Dumuzi pase en los infiernos sólo la mitad del año y su hermana Geshtinanna, "Señora de la vid", la otra mitad.
Dumuzi, entonces, posee varios aspectos. Encarna la vegetación, la fecundidad de la tierra y la fertilidad cíclica d ela naturaleza. Como dios moribundo, simboliza el marchitamiento anual de la vegetación (estancia en los infiernos). Dumuzi fue, de hecho, objeto de muchos ritos; algunos recrean el malestar de su ausencia protagonizados por plañideras que lamentan su pérdida y la desolación de la naturaleza; otros celebran su resurrección y la vida que vuelve al mundo. Tanto el descenso como el ascenso de Inann simboliza igualmente la interrupción y la recuperación de la fertilidad en el mundo natural, animal y humano.
El mito de Inanna y Dumuzi (o el de Ishtar y Tammuz) ha sido comparado por James Frazer en su obra La rama dorada con mitos semejantes (pero no idénticos) como el de Isis y Osiris, Afrodita y Adonis, Deméter y Perséfone, Astarté y Atis.
IZANAGI E IZANAMI