29 de enero de 2009

LITERATURA JAPONESA

GENJI MONOGATARI
El Romance de Genji es una enorme novela japonesa, dos veces más extensa que El Quijote, en la que aparecen 430 personajes, todos aristócratas, y que abarca cuatro generaciones. Contiene también 800 poemas, todos tankas. Con todo, la obra quedó incompleta. Su autora, una mujer, MURASAKI SHIKIBU, que tardó veinte años en escribirla, desde 1002 a 1022. Su intención era presentar el mundo en su doble faz, el lado sombrío junto al luminoso, y transmitir lo efímero y lo bello de la vida.
El héroe principal es Genji (> Fuente) o Príncipe Radiante, hijo del Emperador. Shikibu novela los romances del protagonista. Genji tenía una esposa principal, Malvarrosa (Aoi), cuatro años mayor que él. Ambos conciben a Niebla Vespertina (Yugiri). Después, Genji tiene unas consortes secunadrias: Caparazón de Cigarra (Utsusemi); Violeta (Murasaki), su favorita por parecerse a un amor imposible; Pabellón de Glicinas (Fujitsubo), con la que mantiene relaciones adúlteras e incestuosas, pues era la consorte de su padre, y con quien tiene a Reizei; Flor de Azafrán, hija de un príncipe; Azahar, hermana de una amante de su padre; Gema, hija d eun gobernador; y la Princesa Tercera, su propia sobrina, quien lo traiciona con Roble, hijo de su rival Coronel Saicer. De esta relación entre Princesa Tercera y Roble nace el héroe de la segunda parte de la obra: Aroma.
Además de sus mujeres oficiales, Genji también disfruta de otros amoríos con nueve mujeres: la citada Pabellón de Glicinas; la Dama de la Sexta Avenida, viuda de un príncipe; la Dama de Noche, antes amante del Coronel; una Danzarina; una Azafata de Palacio, de sesenta años; Pálida Luna, que luego será consorte del Emperador; Otoñal, hija de la Dama de la Sexta Avenida y más tarde consorte de Reizei; Diadema, hija de Dama de Noche y del Cornel; y Pilar de Tala, luego consorte del hijo del Coronel, llamado Ciruelo Rojo.
La novela se considera la obra maestra de la literatura japonesa. La obra está dirigida a las mujeres de la aristocracia. Se trata, sin duda, d euna de las novelas más antiguas de la historia, si no la primera. Un bello retrato de la realeza japonesa entre los siglos X y XI.

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